sábado, 14 de fevereiro de 2009

Demostración de no existencia versus análisis de evidencias

En un contexto científico, se utiliza la palabra demostración para indicar una prueba de que algo es cierto. Es importante remarcar la diferencia entre prueba y evidencia, eso pretendo introducir aquí.


Por un lado se llama evidencia a la observación de hechos que respaldan explicaciones dadas o corroboran previsiones realizadas de acuerdo a cierto modelo. La aparición de nueva evidencia puede reforzar una idea o dar pie a una reformulación de ésta, honorando a la duda sistemática que caracteriza al pensamiento crítico y escéptico. Por el otro, una demostración tiene un carácter más permanente (por lo menos en apariencia) es decir cuando algo está demostrado se considera "cierto", un adjetivo con el que uno debe tener mucho cuidado en el mundo científico y escéptico.


¿Cómo se entiende entonces en un contexto científico en el que siempre se está dispuesto a verificar la validez o no de las observaciones se tenga algo de carácter permanente? ¿Puede considerarse eso ciencia? Claro que sí, sólo que hay que comprender en qué área y bajo qué consideraciones se trabaja, y esta aparente inconsistencia se desvanece.


Cuando un científico habla de una demostración, en vez de hablar de evidencia, este trabaja en un contexto axiomático; y qué es eso?
Sencillo, es un contexto en el cual nos hemos puesto de acuerdo en que ciertas premisas son satisfechas, y trabajamos usando las leyes de la lógica. Demás está explicar que todo lo que se "demuestre" solo vale cuando dichas premisas son satisfechas.


En ese sentido puede ser demostrado que la suma de los ángulos internos de un triángulo es de 180 grados sexagesimales o que un fenómeno que cumple ciertas restricciones se comporta en forma asintóticamente estable, por decir. Dichas demostraciones son válidas sólo si se asumen cumplidos los axiomas en que se basan por ejemplo la geometría euclidiana o el modelo propuesto para los fenómenos. En estos contextos se proponen definiciones y teoremas y se construye el conocimiento que será útil si se cumplen los axiomas, o en algunos casos, presentará buenas referencias si los axiomas se cumplen parcialmente.


Siento que la idea de una demostración no es bien comprendida, sobretodo cuando esta se utiliza en el lenguaje diario; por ejemplo, los escépticos y ateos somos constantemente requeridos por teístas a proveer una demostración de la no existencia de dios, para que ellos puedan considerar estar de acuerdo con nosotros sobre el tema. Este es, en muchos casos, el argumento que se exhibe luego de haber puesto en evidencia la arbitrariedad de la creencia en una deidad o en la de cualquier creencia sobrenatural en realidad.


Trato este tema porque considero que las explicaciones sobre el punto más frecuentes no han encarado apropiadamente una explicación sobre la naturaleza del pedido al que somos sometidos constantemente.
La arbitrariedad de la creencia ha sido más que bien encarada con la presentación de la idea de la tetera orbital, o la explicación de que la no falsabilidad de una afirmación la deja sin sentido. Se ha aclarado que una demostración de no existencia no tiene sentido (en este caso), lo que creo que se ha faltado en aclarar es que la propia idea de demostración no tiene sentido, y que para que esta tenga algún sentido debemos fijar ciertos axiomas.


Algo solo puede quedar demostrado cuando tenemos axiomas que condicionan esta demostración, si no sería una simple expresión de terquedad. Entonces ¿cuáles serían los axiomas apropiados para analizar la existencia de dios y de una vez por todas cumplir con el requerimiento tan antiguo de nuestros interlocutores? Dejemos que ellos los planteen, es decir preguntémosles ¿qué propiedades tiene su dios? Dadas dichas propiedades se pueden analizar y ver si conseguimos una conclusión sobre la existencia. Entonces podríamos analizar el caso de algunas propiedades clásicas, como omnipotencia y omnibenevolencia.


El razonamiento sería más o menos así: Si existe entonces tiene estas propiedades, veamos si eso permite concluir algo. Por ejemplo con las premisas de arriba resulta absurdo que ocurran desgracias y catástrofes. Entonces concluimos que un ser con dichas propiedades no puede existir, pues sería absurdo que así sea. Es importante aclarar que el único método que posibilita una demostración de no-existencia es la reducción al absurdo, en cambio, si se pidiera que se demuestre que existe algo basta exhibirlo por ejemplo. Es claro que este es un ejemplo demasiado simple, pero la idea es justamente simplificar la explicación.



Por lo general surge una de dos cosas en estos casos, la primera es la frase "Ahhh, pero dios tiene caminos misteriosos", lo cual sencillamente no viene al caso, las propiedades definidas son inconsistentes con las observaciones (asumiendo que es un axioma aceptado por ambas partes que lo que ambos observamos lo consideramos real). La otra posibilidad más común es la que más me interesa encarar, es el uso de la idea de que uno esta abarcando desde la lógica algo que escapa a ella.


Esta ultima idea es en sí una falacia (lógica), carece de sentido pues, primero, no se puede entonces plantear la idea de demostración fuera de la lógica, y si no es por medio de la lógica que estrategias y con ¿qué validación de estas se plantea trabajar?


Si, ya sé amigo/a escéptico/a, cansa volver sobre estas cosas es como verificar más una maquina de movimiento perpetuo, a ver si es cierta la segunda ley de la termodinámica. Pero al ser planteada la necesidad de una demostración por alguna de las partes hay que saber que se esta pidiendo y creo que se tiene que explicar que es una demostración a quien solicita una.

La propia idea de una demostración no tiene sentido en un contexto no axiomático como lo es la realidad, es decir, en la vida real mudamos de axiomas según las observaciones, no tiene allí sentido una demostración, esta moriría al mudar los axiomas (aunque mientras sean muy útiles). Allí solo tiene sentido el análisis de la evidencia huyendo de las arbitrariedades.


Un ejemplo simple de la caída en arbitrariedades es sencillamente postura planteada por los teístas de que ellos sienten que hay un dios cuando le rezan. Una actitud no arbitraria sobre el tema plantea que algo ocurre que les hace sentir de cierta forma cuando rezan, es decir, es lógico sospechar que algo sucede, y si queremos anotar la sospecha de la existencia de un ser superior que se está comunicando con ellos en la lista, pues bien anotémosla, pero no le demos preferencia ante las otras posibles explicaciones, eso sería tendencioso y arbitrario, a menos que exista evidencia que respalde más fuertemente esa idea ante las otras, en caso contrario la hipótesis intelectualmente honesta correspondiente es la equiprobabilidad de las causas supuestas e incluso la apertura de la mente a otras que no hayan sido consideradas, en otras palabras un simple "No sé".


Otro ejemplo clásico es el de la existencia de un universo y la explicación de sus orígenes, que puede (en el sentido más abierto de mente posible de la palabra) deberse quizás a que exista un creador, asá como a otras cosas comprendidas o no. La actitud honesta en todo caso es una huida al argumento de ignorancia, y un simple "No sé", a menos que exista evidencia que impulse en algún sentido (la cual existe, pero no impulsa en ese sentido).


Resumiendo, si vamos a las demostraciones nos ponemos de acuerdo en axiomas, y nos sometemos a la lógica, lo cual no es probablemente adecuado en estos casos. La alternativa es el análisis objetivo de las evidencias huyendo de las arbitrariedades. En este contexto ninguna cosa puede ser considerada cierta (contrariamente al contexto axiomático), y la sospecha de que una candidata a causa sea la responsable de un fenómeno debe al menos surgir de alguna observación que sea como mínimo coherente con una preferencia de esta ante otras causas posibles.

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